miércoles, 20 de mayo de 2009

MI EXPERIENCIA CON LAS TAREAS


La experiencia que he tenido como maestra de inglés en diferentes escuelas de esta Ciudad (Cd. Victoria, Tamaulipas) ha sido trascendental para constatar la importancia de estas, sobre todo en la materia de inglés, ya que pocas veces el alumno tiene acceso o contacto a esta segunda lengua fuera del aula.

Checate esto. Es importante para lograr el objetivo de las tareas (homework)

La importancia de la motivación y el reconocimiento de los logros escolares obtenidos

Fotografía de una madre con su hija en sus piernas, haciendo las tareas

Premiar el buen desenvolvimiento escolar, los avances cotidianos y la superación de las dificultades es una manera de alentar a los niños en las conductas que son deseables y de ayudarlos a sentirse seguros de sí mismos y a gusto con el entorno.



Fotografía de un padre ayudando a sus niños con las tareas

No se puede pretender que todos los alumnos tengan altas notas o promedios excelentes, ni que se adapten fácilmente al mismo método de aprendizaje. Se debe conocer al niño y exigirle según sus posibilidades y, del mismo modo, recompensarlo de acuerdo con sus logros personales.

Fotografía de una mamá con sus niños, haciendo las tarea

¿Favorecemos el que nuestros hijos estén motivados por el trabajo del colegio?
Cuestionario para padres






Son muchos los factores que intervienen en el rendimiento escolar: el apoyo paternal y/o maternal es uno de ellos. ¿Qué pueden hacer los padres, entonces, para que el niño se desempeñe con éxito en la vida escolar? Básicamente animarlo, alentarlo, felicitarlo, reconociendo sus progresos, avances y adelantos.

Acompañar

El ritmo vertiginoso del mundo actual y las múltiples tareas a las que están comprometidos los adultos han ido quitando tiempo a los padres para estar alerta y al día con respecto al desempeño cotidiano de sus hijos en las actividades escolares. Incrementar en forma significativa la participación de los padres en el proceso educativo de los hijos incide —y mejora— el rendimiento en la escuela.

Muchos padres asocian éxito o fracaso escolar con el rendimiento académico de los estudiantes. Esto implica que el niño que obtiene buenas notas es exitoso y debe tener una recompensa por ello. Por el contrario, quien no logra llenar las expectativas académicas, experimenta un fracaso y debe ser castigado. La poca tolerancia al fracaso se revela, en algunas familias, en la aplicación de sanciones y en la búsqueda de culpables. El fracaso escolar, la mayoría de las veces, viene acompañado de castigos impartidos desde la escuela misma: el niño debe cambiar de colegio o pasa a formar parte del grupo de malos alumnos. Estas situaciones, en definitiva, no hacen más que marcar al estudiante y lograr que pierda la confianza en sus potenciales capacidades.

El resultado en la libreta de notas a final de cada período no debe ser un único y determinante momento de evaluación de los logros del niño. Se trata de estar atentos al desempeño diario, a la superación de las pequeñas dificultades y, en ese registro, motivar, incentivar, ¿premiar?

Premiar

Premiar el buen desempeño escolar ¿puede realmente favorecer el rendimiento escolar de los niños?, ¿influye en que los alumnos obtengan mejores resultados en la escuela?

Las experiencias y los estudios realizados señalan que sí. Siempre que el premio sea un reconocimiento del esfuerzo. Sí, en la medida en que los premios formen parte de una estrategia de acción constante para fortalecer la confianza del alumno y mejorar su proceso de aprendizaje y adaptación escolar.

En este sentido, no sólo debe premiarse la calificación máxima (el siete como símbolo de lo mejor posible) sino también el desarrollo de estrategias tendientes a superar las dificultades. El niño que obtiene un cinco cuando antes no llegaba a aprobar los exámenes debe sentir el reconocimiento y valoración de su progreso. Es decir: todo esfuerzo superador debe ser alentado.

En los casos de buen desempeño y de mejoramiento, hay que felicitar a los niños por sus logros. Fiestas en el colegio, excursiones de fin de semana pueden ser algunos de los modos de premiar los logros obtenidos. Pero también es un reconocimiento al esfuerzo dejar que los niños tengan más responsabilidades: que decidan más libremente sobre el uso del tiempo, por ejemplo.

La escuela también tiene sus mecanismos de premiación y motivación: dibujos de alumnos de cuarto son reproducidos en las páginas de una prestigiosa publicación de arte; los ganadores del concurso de redacción reciben un lote de libros.

La motivación es entonces una de las claves del éxito escolar y premiar es una manera más de incentivar y generar interés en los niños. Ahora bien, las recompensas necesitan ir acompañadas de la reafirmación del sentido de responsabilidad: los niños deben recordar que su paso y desarrollo por la escuela es una etapa que deben vivir (como lo han hecho sus padres, sus hermanos mayores; como lo harán los más pequeños), y que es esencial para su vida como adultos.

Por otro lado, así como el nivel de exigencia debe estar en relación con las características individuales del alumno, se debe también premiar de acuerdo con su esfuerzo, sus logros intelectuales y emocionales.

En definitiva, el objetivo de la compensación y el incentivo es que el niño desarrolle su autoestima, independencia y seguridad emocional; sentimientos que redundarán en un buen rendimiento escolar.




Haciendo tareas con agrado

Si los niños toman alimentos o hacen la tarea frente a la tele, se están acostumbrando a la distracción, se condicionan mal • la distracción el chateo y el internet, menguan el tiempo que deben emplear para su formación, es el origen de la pereza mental • desarrollé técnicas y herramientas para que hagan sus tareas escolares con agrado, ampliando con imágenes de libros del hogar • deben tomar alimentos al llegar a casa y enseguida hacer su tarea para que puedan distraerse o jugar en lo que quieran • las mamás deben hacerlo frente al hijo y después ayudar al hijo a imitar lo hecho, corrigiendo si fuese necesario, sin gritarle • diseñé herramientas para condicionar al organismo a que brote la respuesta cuando vean un signo aritmético, conózcanlas • lhay que ponerse a copiar de libros frente a los chicos para que se vayan acostumbrando a hacerlo y aprovechen la escuela.

IMPORTANCIA DE LAS TAREAS EN PRIMARIA



Tradicionalmente los deberes han sido un elemento inseparable de la educación de los niños en el ámbito escolar. En determinadas épocas, algunas corrientes pedagógicas han mostrado su desacuerdo con la obligatoriedad de realizar tareas tras el horario lectivo, estando a favor de que existiera mayor tiempo libre y de ocio para los niños y considerando más que suficiente la jornada escolar para el desarrollo de hábitos y destrezas. Sin embargo, parece que hoy en día se da un consenso bastante mayoritario y se está de acuerdo con que los colegios manden deberes a los niños. Son diversos los motivos que fundamentan esta postura. Señalamos algunos a continuación:

Los deberes escolares permiten:
- Desarrollar hábitos de trabajo, orden y responsabilidad. - Reforzar las destrezas básicas. - Consolidar los contenidos trabajados en el colegio poniéndolos en práctica. - Desarrollar la autonomía, la capacidad de concentración, la capacidad de esfuerzo...
Tareas escolares y familia

Los deberes, no hay porqué negarlo, suponen en muchos casos un esfuerzo familiar conjunto, no sólo del niño en cuestión. Los padres, sobre todo al comenzar la etapa de la Educación Primaria, deben estar pendientes de enseñar a sus hijos a organizar sus tareas y vigilar que las hagan de manera adecuada. Este último aspecto no se refiere a que tengan bien hechas o resueltas las actividades, sino a que las realicen con orden y limpieza.

Estar pendiente de estas cuestiones no siempre resulta fácil atendiendo a las diversas circunstancias familiares (horario laboral de los progenitores, número de hijos, diferentes ritmos de aprendizaje…), pero es importante que los padres se involucren de forma efectiva, estableciendo entre los dos los mecanismos necesarios para que las tareas escolares se integren en la dinámica familiar habitual.

Cabe hacer notar que el valor de esta actitud por parte de los padres hacia los deberes de sus hijos tiene un mayor alcance en cuanto a que los niños la perciben como un gesto de gusto e interés por lo que les es propio y descubren la conexión real entre la escuela y sus padres. Ahora bien, es necesario transmitir que este “estar pendiente” los hijos no lo vivencien exclusivamente como un método de control. Así pues, cuando los niños comienzan a tener sus primeras tareas, hay que mostrase realmente interesado por la oportunidad que tienen de enseñarnos lo que han aprendido en el colegio y lo bien que saben hacer las cosas. “¡No me digas que estás aprendiendo a escribir!”. “¡Qué libro tan bonito te han dado para leer! ¿Me cuentas de qué trata?” “¿Me enseñas qué tal te ha quedado?”… Estas son frases que, con una amplia sonrisa, podemos decir a nuestros hijos más pequeños.

Podemos aprovechar también para establecer vínculos de comunicación, de manera que mientras ellos nos cuentan lo que han hecho, lo que tienen que hacer, etc. nosotros podemos compartir algunas cosas que hayamos realizado en nuestro trabajo o tareas que tengamos pendientes de hacer. Seguramente este diálogo será mucho más fluido de lo que podamos pensar a priori y es posible que lo echemos en falta cuando llegue la adolescencia. ¡No perdamos estas oportunidades!

Hemos indicado que es muy conveniente integrar las tareas escolares en la dinámica familiar y para ello hay algunos aspectos que podemos cuidar: - Un lugar fijo de trabajo con el material necesario. - Un ambiente de tranquilidad y silencio adecuado. - Un horario rutinario adaptado a las diferentes actividades que se realicen durante la semana (idiomas, deportes, música…). - Establecer también unos momentos de ocio (juegos, lectura…).